El clima organizacional es un proceso de largo plazo que debe tener logros en el corto plazo.
Fortalecer el compromiso de las personas y crear condiciones para que se aproveche su productividad y se sientan a gusto en la organización es un proceso que lleva tiempo y que en muchos casos requiere replantear prácticas arraigadas en la cultura, pero también implica recoger experiencias y poner en práctica los aprendizajes de manera inmediata en el día a día.
La alta dirección debe dar respuestas oportunas.
El realizar encuestas sobre los principales temas que afectan el clima laboral implica indagar acerca de la percepción que tienen las personas, y frente a ello, se generan expectativas subjetivas de cambio o mejora. Para quien es responsable por el proceso, lo anterior implica asumir una postura responsable para responder, incluyendo la posibilidad de un no como respuesta.
La retroalimentación oportuna a las personas conlleva el mensaje de lo que es
posible o no dentro de la organización y esto se convierte en una oportunidad de
oro para orientar a su gente.
La información recogida puede ser utilizada como punto de partida para acercar los intereses de las personas con los de la organización y es allí cuando el proceso toma mayor sentido para sus participantes. Conocer necesidades de capacitación, de desarrollo personal y profesional, analizar las sugerencias sobre el manejo de horarios o turnos de trabajo, entender los aportes para el desarrollo de los procesos productivos y acoger iniciativas de mejora para mejorar la comunicación inter y al interior de los equipos; está gestión es una oportunidad única en la cual las personas aportan a la solución de de los desafíos de la organización, involucrando sus propios intereses en ello.
John J. Marín G.
Socio- Consultor NEO Consultoría Ltda.
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